¿Mi negocio es un emprendimiento o una startup?
En el mundo del emprendimiento se ha vuelto cada vez más común escuchar los términos startup o compañía emergente, de arranque o incipiente. Por lo tanto, algunas personas suelen confundir si su negocio es un emprendimiento o una startup. En esta nota, esperamos dar claridad sobre estos conceptos.
¿Qué es un emprendimiento?
Según la Real Academia Española (RAE), emprender se define como: «Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro». Bajo ese concepto, un emprendimiento es el resultado de emprender. Es decir, toda persona que inicia un negocio, que encierra un riesgo inherente, es considerado un emprendedor y está constituyendo un negocio llamado emprendimiento.
¿Qué es una startup?
Por su parte, una startup suele definirse como una empresa emergente, joven, de arranque o incipiente por considerase un negocio de reciente creación, sobre una base tecnológica, innovadora y con una elevada capacidad de crecimiento.
Primero, por definición, toda startup es un emprendimiento, sin embargo, no aplica en el sentido contrario.
Es decir, toda empresa emergente es el resultado de un esfuerzo que tiene un riesgo inherente.
Sin embargo, no todo emprendimiento es una startup porque algunos negocios pueden tener mucho tiempo de existencia, no buscar ser escalables rápidamente, no tener un fuerte soporte tecnológico y no ser disruptivos.
Por ejemplo, montar un puesto de comidas rápidas en la esquina de un hogar es un emprendimiento pues tiene un riesgo natural de que a los clientes no les guste la comida y el emprendedor deba cerrar el negocio. Sin embargo, si le va bien, este emprendedor puede seguir con su puesto por 30 años, sin necesidad de hacerlo crecer, invertir en tecnología o crear algo disruptivo, pues sencillamente está supliendo la necesidad de un mercado local y sus necesidades como emprendedor.
Por el contrario, si el emprendedor quiere crear una startup, lo que está buscando crear no es la empresa en si misma, sino un modelo de negocio que sea innovador y rápidamente escalable. Como lo define Steve Blank, emprendedor en serie, profesor de Silicon Valley e impulsor de la metodología Lean Startup, «Una startup es una organización temporal diseñada para buscar un modelo de negocio que sea repetible y escalable».
Esto nos lleva al segundo punto. El emprendedor será siempre emprendedor, al igual que su emprendimiento. Sin embargo, la startup sólo se considera como tal en los primeros años de vida del negocio. Por ejemplo, cuando una startup sale a la Bolsa de Valores, deja de ser una startup y se consolida como una empresa. Que en los mismos términos de Blank, una empresa es «una organización permanente diseñada para ejecutar un modelo de negocio que sea repetible y escalable».
Es decir, en sus principios, mientras se busca el modelo repetible y escalable, un emprendimiento puede ser una startup, pero cuando ya se consolida, se convierte formalmente en una empresa. Por consiguiente, un emprendedor no debe decir que su startup lleva 30 años en el mercado. Puede que es sus inicios lo haya sido, pero ahora es una empresa, pues la categoría solo aplica para los estados iniciales.
Un tercer elemento es la cantidad de recursos necesarios. Volviendo al ejemplo, el empresario del puesto de comida rápida solo requiere un capital inicial para arrancar su negocio y sus costos fijos se deberían mantener estables. Sin embargo, según investopedia, una startup suele tener en sus inicios unos costos más elevados, con ingresos limitados, razón por la cual requieren de una serie de inversionistas para poder llevar adelante el negocio y lograr así la rápida expansión del modelo de negocio.
En conclusión, una startup es un emprendimiento joven, que busca establecer un modelo de negocio replicable y escalable. Por lo tanto, suele necesitar ser disruptivo y estar soportado en tecnología para que con la inversión necesaria, se pueda convertir en una empresa rentable en el corto plazo. Mientras tanto, un emprendimiento puede existir por siempre mientras sea rentable. Y no requiere ser innovador o estar apoyado en tecnología, no busca ser escalable en sus inicios y puede requerir menor inversión para seguir creciendo de forma orgánica..
Fuente: Sebastián Carvajal / enter.co